Normalmente acuden 10-15 personas, de ellas la mayor parte
solo vienen como asistentes. Algunas, pongamos 4, tienen temas personales que
les preocupan y quieren trabajar. Entonces la primera persona que quiere
trabajar su problema se siente al lado del terapeuta y comenta en dos o tres
frases lo que le preocupa. El grupo y el terapeuta se centran con este tema más
o menos una hora, a veces menos, hasta llegar a una solución adecuada para la
persona concreta (se consigue casi siempre, pero no hay garantía). Luego se va
trabajando con el resto de personas igual, una por una.
No tienen que tener problemas parecidos ni conocerse entre
si. La forma de trabajar es parecida a un role-playing, o un psicodrama, los
miembros del grupo salen a representar a las personas implicadas en el problema
de la persona que está trabajando.
A veces vienen personas con problemas graves (como abusos o
en duelo por un ser querido), a veces vienen personas con problemas pequeños,
pero que les hacen sufrir mucho a diario o fracasan en sus relaciones
personales.
También hay personas que solo quieren plantear su problema (o
preguntar), solo por saber por qué están fracasando en algo, sin trabajarlo
hasta encontrar una solución. Esto lleva menos tiempo y menos dinero y a veces
la persona solo necesita esto por el momento.